¡¡Enhorabuena joyica!! Hoy no ha sido un día normal, ni tan siquiera común. Hoy has ganado tu primera batalla. Después de varias semanas de inquietud, intranquilidad, de altibajos constantes donde has estado entre la vida y la muerte, has decidido quedarte con nosotros. Has roto estadísticas y quebrantado los pronósticos y sigues aquí, luchando y haciendo que cada día merezca la pena.
Han sido días duros para todos, para ti también. Aunque todavía no diferencias bien entre el dolor y la alegría, entre el bien y el mal, sabemos que tampoco para ti ha sido fácil pero has elegido quedarte y vivir. En la vida se toman decisiones constantemente y tu ya has tomado la primera. Nosotros haremos todo lo que esté en nuestra mano para apoyarte y ayudarte, para que sigas tu camino, el caminio que tu mismo elijas, para que no tengas miedo porque aquí hay un lugar precioso para ti.
En nuestra reunión matinal nos han dicho que esta tarde te trasladaban a planta. Nuestros corazones latían cada vez más rápido, nuestra mentes continuaban trabajando y nuestro estomago intentaba digerir esta nueva etapa. Has ganado esta batalla, sabemos que vendrán muchas más pero estamos dispuestos a afrontarlas juntos con fuerza e ilusión como lo hemos hecho hasta ahora.
Hemos tenido oportunidad de compartir contigo tu últimas horas en la UCI (neonatos). Han venido la enfermeras a despedirte y por supuesto también la doctora Mendivil. Una mezcla de miedo e ilusión invadía nuestro cuerpo y un nudo en el estomago y la garganta impedía que pudieramos agradecer a todas ellas todo lo que habían hecho por nosotros. No nos salían las palabras y solo eramos capaces de contener ligeramente la emoción. Ha sido otro momento que no podremos olvidar y quedará para siempre en nuestras mentes.
Tu nuevo hogar es el box B de la quinta planta. De momento podemos estar juntos los tres durante todo el día menos a la noche que solo podemos eacompañarte uno. Las visitas solo son posible durante dos horas al día y te pueden ver desde una cristalera con una pequeña ventana para poder tocarte. Es poco, pero algo más de lo que teníamos hasta ahora. Parece la casa de gran hermano pero de 20 metros cuadrados. Las cuatro paredes son de cristal; las cristaleras de los laterales cominucan con los box de tus nuevos vecinos, por delante está el pasillo de las enfermeras y por detrás la cristalera de las visitas. De todas formas, ya puedes ver la luz natural que hasta el momento no conocías. También has experimentado la corriente, el aire fresco que entra desde el pasillo de las visitas que a su vez, comunica con un gran ventanal. Desde ahí, hoy hemos podido ver juntos una pequeña tormenta. Nada fuera de lo normal pero nuevo para ti y especial para los aitas que tenemos los nervios a flor de piel y desde hoy podemos vivirlo contigo. Han sido 24 largos días donde hemos aprendido tantas cosas.... La guerra va a ser larga y dura pero iremos paso a paso porque en el camino encontraremos la felicidad.
Ahora empieza una nueva etapa, una etapa de apdaptación. Te tendrás que adaptar a nosotros y nosotros a ti y quizá, si toda va bien, pronto podamos estar en casa los tres disfrutando de cada mañana, de cada sonrisa y de cada situación que nos depare la vida.
No hay miedos ni sentimiento de pena, solo ilusión y esperanza. Cada momento de la vida merece la pena vivirlo y exprimirlo al máximo. Por pequeños que parezcan, para muchos como nosotros, esos detalles aparentemente insignificantes y esos eventos cotidianos, estan cargados de emoción y son realmente enormes y gratificantes. ¿por qué ignorarlos, pudiendo difrutar y aprender de ellos?
No sabemos lo que pasará mañana, pero hoy ha sido un día intenso y cargado de felicidad. Gracias amor por querer quedarte y luchar. No te fallaremos.