Aquí seguimos, sin poder casi ni creerlo. Estas hecho un toro. Has sacado fuerzas de no sé dónde y ahora aguantas el día entero sin oxígeno y como un rey. Hoy, después de mucho tiempo hemos vuelto a pisar la calle contigo. Has pasado el día sin monitor, tu cara refleja que oxigenas perfectamente y tu frecuencia cardiaca se mantiene en orden. Estás tranquilo, relajado e incluso nos regalas unas leves sonrisas y unos bostezos enormes. Quién lo iba a decir. Las enfermeras que vuelven de vacaciones y te vieron en momentos difíciles alucinan con tu actual estado. Los médicos que hace una semana nos ponían en lo peor y pronosticaban un final trágico y no muy lejano, ahora aprenden de tu medicina de luchador. La única, que con nosotros, confiaba en ti y en tus fuerzas, era tu doctora, la que mejor te conoce y siempre tiene un as guardado bajo la manga para seguir apostando siempre a ganador. Otra batalla, otro triunfo y otra lección para todos. Eres un crac mi rey.
Hace unos días, una buena amiga te trajo un patito precioso para que te hiciera compañía. Está sobre tu cuna, mirándote con esos ojos grandes y su carita simpática, vigilándote y cuidándote cada día y cada noche. Otro amiguito más que te acompaña en tus sueños. No estabas en tu mejor momento pero estuviste tranquilo y ella pudo conocerte ya que todavía no había tenido ocasión.
En la conversación, entre muchas otras cosas, me dijo que se nos veía muy bien. Quizá la apariencia engaña o quizá, nuestro esfuerzo por tener conversaciones más objetivas, evitando entrar profundamente en los sentimientos, es lo que nos permite entablar conversaciones más duraderas y dar esa apariencia de cordura y fortaleza. De todas formas, me preguntó si nos habíamos planteado la posibilidad de acudir a un profesional. La verdad que hasta el momento nadie nos lo había preguntado. Tardé en contestar, pero ahí me di cuenta del apoyo incondicional que hemos tenido en todo momento a través de esta ventana de comunicación. Por una lado, esta pantalla, este teclado y este cuarto es nuestro diván particular, y todos los que están detrás nuestros psicólogos. Aquí descargamos todo lo que tenemos dentro, aquí lloramos, aquí recordamos y aquí soltamos todas esas dudas y pensamientos que nos inundan para poder seguir cogiendo fuerzas. Por otro lado, muchas veces nos metemos en el blog para ver si alguien ha escrito. Eso nos da muchas fuerzas, nos hace pensar, nos hace reír, llorar otra vez y nos hace aprender. Palabras de apoyo, gestos de cercanía, emociones compartidas y frases que nos hacen recapacitar y buscar el camino para poder seguir junto a Pableras, el motor de nuestra vida. Alguien definió esto como generosidad, pero no es así realmente, tiene una parte muy egoísta. Por un lado nos ha evitado situaciones comprometidas y por otro, ha sido nuestra vía de escape.
Personalmente, hace unos días estaba totalmente desolado. No le encontraba sentido a esta locura. La situación era insostenible y realmente dura, pero vine aquí, encendí el ordenador y leí:
"Pablo, es lo que a ti se te viene negando: vivir. Tenemos que vivir, por ti y por todo aquello que nos rodea, con lo bello, con lo terrible, tenemos que sentir y mostrar el sentimiento, sin miedo..... Quizás es que sea cierto que la vida que no entra en tu cuerpecito la estás repartiendo entre aquellos que necesitamos de tu candor de niño. Es una enorme donación de órganos vitales: de sentimientos, de posibilidades. Viviremos por ti, Pablo."
Aquí encontré una vez más una razón por la que seguir luchando, por ti Pablo. Si tu no te rindes, yo tampoco, pase lo que pase. Y así ha sido, seguimos luchando y disfrutando de cada momento contigo.
Con un simple gracias no podemos agradecer a todos los que estáis ahí detrás, sintiendo y luchando con nosotros, pero de momento es todo lo que podemos ofreceros por todo vuestro tiempo y apoyo que sentimos en lo más profundo de nuestro corazón y que cada día intentamos trasmitir al peque. A día de hoy podemos afirmar que esta terapia compartida es la que nos da fuerzas y nos ilumina cuando los caminos se van estrechando. Mil gracias de todo corazón, y como diría aquel, besitos para ellas, abrazos para ellos...
Dulces sueños para todos y en particular para mi gordito, que con poco hace que todo tenga sentido.
Solo hay dos formas de vivir tu vida. Una es como si nada fuera un milagro. La otra como si todo fuera un milagro. Albert Einstein